Un interesante artículo de Roberto Villa García en El Mundo titulado "Un Gobierno sin aval del Parlamento", de 4 de junio del 2018, que explica la crisis del cambio de Gobierno de 1934:
El voto
de censura del
pasado viernes [de Sánchez contra Rajoy] supone un hito
en nuestro siglo y medio de historia parlamentaria.
Es la primera vez que prospera el tipo de moción constructiva que
consagra nuestra Constitución, y que busca impedir que un Gobierno
caiga por una emboscada parlamentaria y a capricho de una mayoría
puramente negativa. Una censura sujeta a determinadas prescripciones
-como la iniciativa de 50 diputados, un plazo de cinco días entre la
proposición y la discusión, la necesidad de una mayoría absoluta
de la Cámara para que pudiera prosperar- existió también en la
Constitución de 1931, pensada para corregir la inestabilidad
gubernativa tan característica del último periodo de la
Restauración.
Pero aquella no era una censura constructiva como la actual, que
exige proponer un candidato a la presidencia del Gobierno. Era
lógico. Nuestros antepasados, antes de 1936, no formalizaron un
sistema parlamentario.
Al
margen de las breves experiencias asamblearias de 1812 o 1873, en
España rigió un
sistema de doble confianza en el que la Corona o el presidente de la
República nombraban libremente al jefe del Ejecutivo.
Esa libertad, sin embargo, tenía límites y fines bien precisos.
1. Así, una convención constitucional exigía que los gobiernos se
correspondieran con las mayorías parlamentarias, y que fuera
precisamente el líder de esa mayoría el llamado a gobernar.
2. Otra
establecía que la Corona o la Presidencia de la República
resolvieran los desencuentros entre el Ejecutivo y el Legislativo o
cambiando el primero o concediéndole el decreto de disolución para
que convocara nuevas elecciones a Cortes.
3. Una
última convención permitía a los jefes del Estado nombrar
un Gobierno-puente al
que otorgaba el decreto de suspensión de sesiones parlamentarias. De
ese modo los líderes de los partidos tenían un margen para negociar
una nueva situación mayoritaria. El puente evitaba
el vacío:
era un Gobierno breve pero en plenitud de autoridad, que no condenaba
al país a la cuasi-parálisis de los actuales Ejecutivos en
funciones.
En
todo caso, con el sistema de la doble confianza, las
censuras no tenían que ser constructivas,
porque la confianza del presidente del Gobierno no descansaba
únicamente en el Parlamento sino que también lo hacía en el jefe
del Estado.
Con nuestro sistema parlamentario actual, las censuras
deben ser constructivas si no queremos que la fragmentación
parlamentaria y
las
crisis de liderazgo nos
dejen sin gobiernos mínimamente eficientes.
Pero
ambos sistemas tienen algo en común. En España, normalmente, los
jefes del Ejecutivo han emanado de la mayoría parlamentaria o, por
lo menos, de la minoría mayor. Y aun cuando su nombramiento se
originara en la confianza del jefe del Estado, también buscaban la
confianza parlamentaria conquistando una mayoría en las elecciones o
conformándola en las Cámaras.
Aludiré a dos casos de la Segunda
República,
los más próximos en el tiempo con el sistema de la doble
confianza.
Caso 1: Alejandro
Lerroux no
ganó las elecciones de noviembre de 1933, sino la CEDA. Pero cuando
Lerroux obtuvo la confianza presidencial, había sido capaz de
componer un Gobierno de coalición cuyos integrantes superaban en
escaños a la CEDA y, además, tenía bajo el brazo un acuerdo
parlamentario con ésta que le aseguraba la mayoría en las
Cortes.
Caso 2: Manuel
Azaña tampoco
fue, en 1936, el líder de partido con más escaños, pues la CEDA y
el PSOE le superaron. Pero hizo lo mismo que Lerroux: compuso un
Ejecutivo de coalición que le aseguraba la minoría mayor y se
aseguró la mayoría coaligándose en el Parlamento con los
socialistas.
Con nuestro sistema parlamentario actual, absolutamente
todos nuestros gobiernos desde 1977 se han apoyado en una mayoría
parlamentaria o, al menos, en la minoría mayor.
Incluso Pedro
Sánchez observó
este principio en la pasada legislatura, cuando se presentó a la
investidura con un pacto previo con Ciudadanos...
http://www.elmundo.es/opinion/2018/06/04/5b13c0b9ca474159218b4614.html
JUSTIFICACIÓN
El 6 de octubre de 1934, el presidente de la Generalidad, Lluís Companys, desde el balcón de la plaza de San Jaime de Barcelona, lugar de las sedes del Ayuntamiento y de la Generalidad, proclamó el Estado Catalán de la República Federal Española.
Jaume Miravitlles, en su libro "Veritats sobre la Guerra Civil espanyola", afirma que la Generalidad de Cataluña sufrió dos agresiones de España:
- primero, con la sentencia de inconstitucionalidad de la Ley de Contratos,
- y segundo, con el nuevo gobierno CEDA antiautonomista.
Companys consideró estos dos hechos como una agresión a la nación y el pueblo de Cataluña, dice Miravitlles, e invocó la legitimidad histórica de la respuesta de la Generalidad a la agresión contra el derecho propio según unos acontecimientos (recogidos de diferentes fuentes):
- 1460, contra Juan II
- 1640, contra Felipe IV
- 1714, contra Felipe V
- 1840, I guerra carlista (también la II guerra carlista o de los matiners, 1846-1849)
- 1869, el Sexenio Democrático o Revolucionario, o la Revolución de 1868 o La Gloriosa y el alzamiento de Juan Prim (1868-1875)
- 1873, la I República española
- 1917, la Asamblea de Parlamentarios (huelga general revolucionaria de 1917 de UGT-CNT), dentro de la crisis española de 1917
Paralelamente,
la Alianza Obrera de Asturias, integrada por UGT, CNT, PSOE y el PCE,
se subleva contra el Gobierno de la II República, proclama la
República Socialista de Asturias, y se rebela militarmente,
cometiendo toda una serie de crímenes contra la Humanidad, tanto
sobre las personas como sobre el patrimonio religioso, histórico y
cultural asturiano.
El
6 de octubre, efectuado por ERC, PSOE-UGT, CNT y PCE, constituye el
primer golpe de Estado, revolución y rebelión militar contra la
constitución republicana, y es la primera comisión de crímenes
contra la Humanidad y destrucción de bienes.
Relación de detenidos durante los Hechos del 6 de octubre del 1934:
http://www.editorialbase.cat/fitxers/FetsOctubre_Annex2.pdf
Por su parte, Companys formó parte de la masonería y tuvo aficiones ocultistas, aunque luego se confesó en el sacramento católico de la confesión:
A. Pilar Rahola, La Vanguardia,artículo "Sis d'Octubre".
ResponderEliminarLas diferencias del 9-N del 2014 con el 6-O de 1934 son de tal calado que la sola comparación ya denota mala fe, falta de sensibilidad democrática, falta de escrúpulos, menosprecio y ganas de reirse del fusilado presidente mártir Companys.
Afirma que las diferencias entre el 2014 y el 1934, 80 años después, son radicales:
1. La consulta del 9-N nace de la voluntad popular y no de la aventura política: hoy, la política sigue a la ciudadanía.
2. España no va a utilizar la manu militari como en 1934.
Acusa de nuevo a la CEDA y a Lerroux, del Partido Radical, de usar la "represión" contra los rebeldes militares y golpistas, por encerrar en buques de los puertos de Barcelona y Tarragona a los líderes políticos y civiles catalanes: diputados, alcaldes, concejales, directores de diario, presidentes de entidades culturales.
B. Francesc Marc Álvaro (La Vanguardia 9 octubre 2014)
1. Artur Mas no es Companys
2. La sociedad crispada de 1934 no es la del 2014
3. La II República no es el régimen de la Constitución de 1978
4. El contexto europeo de 1934 no es el del 2014
5. En la década de 1930, se produce el hundimiento de las democracias liberales a favor de los totalitarismos violentos
6. Antes del 6 de Octubre, pocos amaban a la II República y sus reformas, porque la izquierda y la derecha estaban polarizadas en la revolución y la reacción
7. La proclamación de Companys en el balcón del Palacio de la Generalidad no contenía un programa independentista, porque el separatismo era socialmente minoritaria, a pesar de la activa y principal participación de Dencàs, los Escamots y las Juventudes de Esquerra y Estat Català
8. El 6 de Octubre fue una respuesta catalana a la situación de la política general española
9. Quien compara el 6 de Octubre de 1934 con el 9 de Noviembre del 2014 tiene por finalidad la desacreditación del actual proceso soberanista mediante el uso de la analogía histórica, e indica tanto una pereza intelectual para dar argumentos de su posición como la revelación de un orgullo nacional español herido por el éxito de las manifestaciones de las últimas tres Diadas.
ARNO J. MAYER
ResponderEliminar"Las furias. Violencia y terror en las revoluciones francesa y rusa"
Agenda oculta 1789-1917
1. Política exterior Napoleón exporta Revolución a Imperio; Rusia fracasa extender por victoria Polonia 1920: "socialismo en un solo país", "una sexta"
2. 1792 fue asunto europeo; 1917 fue asunto ruso. Trotsky: No al ejércitorojo expansor mundial revolución por general Tujachevski por riesgo conversión en Cónsul bonapartista Revolución rusa.
3. Disolución y colapso de Estado en varios centros poder
4. Violencia terror despiadado. Doble guerra civil y exterior, venganza, miedo, desorden, sanción religiosa o ideológica.
5. Civlo vertiginosa violencia defensa apoyo Viejo (Antiguo Régimen) y Nuevo Orden
6. Terror: determinismo ideológico
7. Revolución
8. 1789-1917: jacobinos y bolcheviques terror respuesta amenaza guerra civil y exterior
9. Revueltas campesinos disidentes, 85% agro, analfabetos, Vendée y Ucrania y Tambov, católicos y ortodoxos
10. Enfrentamiento Nuevo Orden contra Iglesia, cultos y religiones civiles y laicos: Ser Supremo Francia y Iglesia Ortodoxa renovacionista rusa.
Estallidos violencia contra minorías y religiosos oprimidos: protestantes galos y judíos rusos.
11. Nestor Majnó en Ucrania. Alzamiento compesino antirrevolucionario, revolución libertaria, guerra, violencia, archivos, registros, bibliotecas, tiendas y bazares, iglesias, iconoclastas, contra popes.
No visión militar estratégica ni política global: aislado y derrotado
José Antich, La Vanguardia, 10 octubre,
ResponderEliminarEl otro Seis de Octubre
No comparar ni semejanzas entre 6 octubre y 9 noviembre:
- Companys: irresponsable salida de tono
- Proclamación del Estado Catalán desde el balcón del Palacio de la Generalidad
- Mas no es Companys
- Cataluña 1934 no es la del 2014
- En UE no se pueden soluciónar los conflictos con la fuerza armada